Una de las grandes preocupaciones que existen en torno al uso de Internet y las Redes Sociales es la posible “adicción” que puedan crear. Es algo que se lleva estudiando ya desde los años 70, cuando los científicos y académicos empezaron a manifestar su preocupación acerca del uso abusivo de los ordenadores, concretamente sobre lo que ellos llamaron “programadores compulsivos” (Weizenbaum, 1976). En los años 80 otro autor relacionó la adicción a los ordenadores con el aislamiento social (Zimbardo, 1980) y en los 90 fue cuando se empezó a hablar de adicción tecnológica (Griffiths, 1999a).
Actualmente disponemos de muchos más estudios científicos sobre este tema y en los últimos años las Redes Sociales han ido generando más interés. Hoy en día podemos consultar estudios científicos sobre Instagram, Snapchat, Twitter o especialmente Facebook situándose como la Red Social que más literatura ha generado en los últimos tiempos, quizá debido a que es la Red Social que cuenta con mayor número de usuarios en la actualidad.
La facilidad para compartir contenidos en las Redes Sociales probablemente sea un factor que aumente el atractivo de dichas herramientas para los/as jóvenes, algo que puede entrañar una serie de riesgos de los que muchas veces no son conscientes. El uso de Internet puede facilitar la caída de los/as adolescentes en determinados comportamientos que van desde el acceso a pornografía en menores que no están preparados para ello a sexting, gambling, grooming o ciber dating e incluso el archiconocido ciberbullying o ciberacoso.
El sexting es una práctica que consiste en el envío de contenidos de tipo erótico o sexual de uno/a mismo/a a través de las Nuevas Tecnologías y está cada vez más extendido. En 2010 el 4% de los/as jóvenes de entre 10 y 16 años reconocía haber realizado sexting activo (hacerse fotos provocativas o inadecuadas) y un 8,1% afirmaban haber recibido contenidos de tipo erótico de su entorno (Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, INTECO, y France Telecom España, Orange, 2010). Algunas de las razones que se dan para entender por qué se produce este comportamiento en los/as adolescentes es el hecho de mantener una relación de pareja, considerando el sexting como una conducta normal de las relaciones sentimentales, entendido como una prueba de amor hacia la otra persona. Otra razón para practicar sexting es para entablar una relación de noviazgo con la otra persona o llamar la atención de la misma .
Derivado del sexting se podría producir la sextorsión, que consiste en el chantaje o extorsión de una persona amenazándola con hacer públicas imágenes o vídeos en los que se la ve en actitud erótica, pornográfica o directamente manteniendo relacion sexual
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